Viajando en pareja, cada detalle cuenta. Por eso las islas son el marco perfecto para unas vacaciones románticas. Podrás sorprender a tu pareja con planes como un baño en una cala íntima, un fin de semana en un agroturismo, un relajante spa, conciertos y espectáculos o restaurantes para complacer cualquier gusto. Baleares pone los encantos. Tú, la pareja. El idilio está servido.
Primavera
Con la naturaleza en todo su esplendor, las Baleares invitan a practicar rutas senderistas, cicloturistas o a descubrir sus humedales (perfectos en esta época para el avistamiento de aves). Conocer su impresionante patrimonio cultural, y tradiciones como la Semana Santa, con sus devociones y gastronomía típica. Y, no se han de pasar por alto las ferias de muchas localidades, algunas tan singulares como la fira i el firó de Sóller o la Ibiza Medieval.
Verano
En Baleares te esperan el sol y las calas y playas más paradisíacas. Pero queda mucho por descubrir más allá de la arena, porque el verano también sabe a cultura. Grandes festivales concurren en escenarios emblemáticos, como Valldemossa, Deià, Pollença, Maó o el Castillo de Bellver. Y a la música se suma tradición, ya que en estos meses muchas localidades celebran sus fiestas patronales. Una de las más emblemáticas es la de Sant Joan de Ciutadella, a finales de junio.
Otoño
Si viajas a Baleares en otoño, confirmarás que no todo es playa. Es la época dorada para senderistas y ciclistas, pero también un momento ideal para descubrir sus parajes naturales a caballo o practicar deportes de aventura. Los días de sol agradable también invitan a callejear y admirar el patrimonio de sus núcleos urbanos. Visitas culturales, enogastronomía, espectáculos... Todo eso sin pasar por alto que es el tiempo de las grandes ferias, la excusa perfecta para conocer los pueblos del interior, que se afanan en mostrar al visitante sus mejores productos.
Invierno
Los inviernos suaves de Baleares propician un sinfín de experiencias culturales: museos, patrimonio, espectáculos... Pero también es tiempo para disfrutar de la naturaleza y de paisajes como los almendros en flor del ibicenco Valle de Corona o del interior de Mallorca. También hay pueblos que, en invierno, parecen desplegar aún más encantos: Valldemossa, Deià, Sóller... Y, por supuesto, cobran protagonismo la gastronomía y las tradiciones, como la Navidad (con el ancestral canto de la Sibil•la en Mallorca) o las populares fiestas de Sant Antoni.No dejes escapar esta fantástica oportunidad de descubrir un sitio fascinante, reserva tu vuelo ahora