Vitoria, la joya escondida
Vitoria-Gasteiz es hoy una ciudad de 255.000 habitantes que se acerca al modelo ideal de ciudad europea de tamaño medio.
Fue fundada en 1181, a partir de la aldea de Gasteiz situada en lo alto de la colina; bajó a la llanura mediante una solución arquitectónica ejemplar a nivel mundial, Los Arquillos, conjunto de arcadas y plazas en cascada; creció en el ensanche romántico, con sus magníficas plazas y parques. Posteriormente ha ido surgiendo la ciudad moderna, caracterizada por un desarrollo equilibrado y equipamientos de calidad, a la medida del bienestar de sus habitantes.
Vitoria ha ido consiguiendo diversos reconocimientos internacionales que avalan esta trayectoria: su designación como «European Green Capital», o el «Global Green City Award» que reafirma a Vitoria-Gasteiz como modelo mundial de ciudad sostenible. Galardones que hacen visible una labor callada y progresiva, fraguada durante varias décadas, que le ha llevado a conjugar admirablemente ser una ciudad medieval y romántica, moderna y verde. Una capital amable y cómoda, diseñada para vivir.
Vitoria medieval
No te puedes perder el corazón de la ciudad: su casco medieval. Un peculiar trazado en forma de arco ojival teje un entramado de calles que conservan el nombre de los gremios que, desde los inicios del s.XIII y durante varios siglos, marcaban el ritmo diario de esta bella y próspera villa. La Catedral de Santa María –visita imprescindible–, la muralla del s.XI, la plaza del Machete, diversos palacios y templos te pueden transportar en el tiempo a una época remota y sugestiva que contrasta con el ambiente bullicioso que actualmente inunda, a determinadas horas, sus calles, plagadas de pequeñas tabernas, restaurantes y comercios con encanto. Como contrapunto, el Museo Artium, frente al Casco Medieval, te invita a sumergirte, a través del arte, en un mundo de vanguardia.
Vitoria romántica
El ensanche romántico de la ciudad, con sus calles peatonales, comercios, plazas y jardines invitan a callejear. Un magnífico paseo, el más habitual que efectúan residentes y visitantes, coincide con parte del trayecto del Camino de Santiago que atraviesa la ciudad. Desde la plaza de la Virgen Blanca hasta el bosque de Armentia apenas hay 30 minutos caminando.
En este breve trayecto se hallan tres parques, tres museos, la sede del Parlamento Vasco y el Palacio de Ajuria Enea, residencia del lehendakari, presidente del Gobierno Vasco. Merece la pena recorrer el Paseo de la Senda, con sus mansiones de principios del s.XX, hasta el bello templo románico de la Basílica de San Prudencio de Armentia, del s.XII.
Vitoria moderna y verde
El crecimiento de la ciudad moderna, desde mediados del siglo XX, ha sido espectacular y se ha llevado a cabo de forma ejemplar. Un modelo de planificación urbanística que se caracteriza por sus criterios de cohesión social y su compromiso medio ambiental. Esta expansión ha sido paralela al desarrollo de su potencial económico encabezando un territorio, Álava, altamente industrializado.
Aquí se asientan importantes plantas productivas multinacionales y posee el mayor nodo logístico del norte de España. Este gran desarrollo se ha sabido complementar con una acertada gestión medio ambiental de conservación de la biodiversidad y de espacios protegidos.
Con 42 metros cuadrados por habitante, es una de las ciudades europeas con mayor superficie de espacios verdes y ajardinados por persona. El Anillo Verde es un ambicioso proyecto de recuperación ambiental de la periferia –iniciado en la década de los 90 del pasado siglo– que integra actualmente a seis parques periurbanos entrelazados estratégicamente al núcleo habitado. Un magnífico entorno verde para uso recreativo que rodea la ciudad, con una ruta de sendas peatonales y ciclistas de 30,8 km de longitud total.
Álava, la cuna de uno de los vinos más apreciados del mundo
Los vinos de la comarca Rioja Alavesa, con Denominación Rioja, están presentes en los mejores restaurantes del mundo.
Visitar Rioja Alavesa es una experiencia maravillosa. Un paisaje elocuente con un mar ondulado de viñedos que se expanden desde la sierra, salpicado de pequeñas villas, mimetizadas con el color de esta tierra, que rezuman su pasado medieval. Podrás visitar bodegas con arquitectura de vanguardia y bodegas antiguas donde se oye el latir del tiempo.
Sus magníficas infraestructuras hosteleras y de servicios están preparadas para acompañarte en el descubrimiento de un mundo propio de sensaciones. Uno de los grandes placeres que te depara tu visita al País Vasco es su famosa gastronomía. El éxito internacional de la Cocina Vasca tiene su origen en la extraordinaria calidad de sus productos autóctonos. Además de degustar la cocina vasca tradicional o de vanguardia, tienes que probar los pintxos, –variados y suculentos bocados.
Álava, una naturaleza privilegiada
Más de la mitad del territorio de Álava es paisaje protegido y el 27% de su superficie está integrada en la Red Europea Natura 2000. Álava cuenta con cinco Parques Naturales habilitados para disfrutar de la naturaleza. Es el territorio que alberga la mayor diversidad de hábitats, de especies de animales y de plantas del País Vasco.
Una naturaleza privilegiada que exhibe su belleza en sierras y montes majestuosos o en ensoñadores bosques con manantiales y ríos.
Los valles de Álava muestran sorprendentes contrastes. El Valle Salado posee un paisaje de sal, único en el mundo. En la vertiente cantábrica de Álava, el valle de Aramaio ha sido comparado a una «pequeña Suiza» y el valle de Ayala, ofrece magníficos paisajes como Sierra Salvada, el Cañón de Delika y el Salto del Nervión, la cascada más alta de la Península Ibérica.
Junto a Vitoria, los Embalses del Zadorra son un entorno idóneo para la práctica de deportes náuticos, y disponen de bellas rutas para hacer senderismo y clicloturismo. Una opción excelente para amantes del turismo activo y para disfrutar de la naturaleza en familia.
Álava, territorio histórico
Su enclave estratégico le ha permitido ser testigo y partícipe del devenir histórico desde los tiempos del imperio romano. En la Edad Media, Álava adquirió un papel relevante por su privilegiada ubicación –en el cruce de caminos de las rutas comerciales y territorio fronterizo entre reinos–; por ello, muchas localidades de la provincia atesoran un valioso patrimonio histórico y muestran también sus edificaciones defensivas. Fruto de esta coyuntura, Álava adquirió un estatuto jurídico privilegiado, los fueros, que le permitieron una autonomía de gobierno que perdura hasta nuestros días y que le otorga el nombre de Territorio Histórico.
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